miércoles, 11 de febrero de 2015

Abrazos al aire

¿Puedo abrazarte?
Será solo un momento, unos segundos, minutos. Tal vez días o meses. Años y ya me estoy pasando tres pueblos. Pero lo malo es que no puedo abrazarte toda la vida... porque al final todos los abrazos mueren. Tienen su fin y su existencia se desvanece como el humo. Como sus propias cenizas al romperse en mil pedazos.
¿Qué tiene de especial un simple abrazo? Recordemos que un abrazo no es gran cosa. Son unos brazos rodeando el cuerpo de quien tiene delante. Pero si ese cuerpo que se rodea es un cuerpo que sufre, ese abrazo puede arreglar heridas que llegan hasta los huesos. Puede ser un familiar fallecido, algún que otro mal trago o un corazón roto. Pero un corazón roto... no es el mismo si luego se arregla. Aunque sea con abrazos sanadores. Siempre las heridas dejan cicatrices.
Todas.
Y cada una de ellas duele cuando simplemente son miradas.
"Frágil, no tocar" Grita tu corazón después de sanar.
Pero tu corazón pide a gritos silenciosos "Por favor, quiero ser abrazado"
No niegues a un corazón con cicatrices un simple abrazo. Recuerda que no desaparecerán las marcas del pasado, pero un abrazo es un abrazo y eso no se puede negar.
Abrazos al aire, se suelen llamar. No abrazas el cuerpo en si, abrazas su alma y su corazón. Lo que tiene tan adentro. Tan roto y destrozado que tiene que volver a sanar para ponerse en pie, en pie para abrazar más corazones.
Para dar más abrazos al aire.

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